martes, 26 de febrero de 2019

PIEZAS

 Hace varios días dedicamos la última parte de una de las clases de Animación y Gestión Cultural a ver Piezas, un documental realizado por presos de la cárcel de Picassent (Valencia) que forma parte de un proyecto elaborado por estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valencia en el año 2005.

 La finalidad era que pudiéramos comprobar y analizar a través de una situación real, de qué manera pueden influir las artes en la vida de las personas y la utilidad que tienen como herramienta de reflexión sobre la propia vida, en este caso, la de los presidiarios, ya que son ellos mismos los que "actúan" y se graban dentro de las instalaciones.

 El documental comienza en tono de humor irónico, imitando de alguna manera lo que sería un casting común y corriente de cualquier programa televisivo de entretenimiento (y de máxima audiencia) en el que personas anónimas se presentan para demostrar sus aptitudes, pero nada más lejos de la realidad, pues refleja, disfrazando con algo simple y superficial, el contraste con una dura realidad que suele pasar desapercibida a ojos de las personas que estamos libres y no hemos tenido ningún contacto con este tipo de instituciones, nos resulta ajeno... Lo cierto es que cualquiera podría estar en esa situación, pues el hecho de que estén allí recluidos no significa que sean asesinos psicópatas o cualquier otro tipo de criminales peligrosos (aunque, desgraciadamente, en algunos casos, esto sí se cumpla) sino que, en general, han tenido una vida difícil marcada por circunstancias que les han llevado, en algún momento determinado, a tomar decisiones equivocadas e indiscutiblemente, nadie elige dónde nace. 

 No estoy justificando ninguno de los delitos que hayan podido cometer pero, en mi opinión,  muchos de ellos tienen condenas desproporcionadas o desfasadas y son el claro ejemplo de que la justicia (como tantas otras cosas) en este país no funciona bien.

 En cuanto a lo que se observa en ellos, el hecho de grabarse supone toda una novedad que les hace romper con la rutina, es un aliciente, un soplo de aire fresco...pero no se trata sólo de mero entretenimiento o distracción, sino que implica un trabajo elaborado en el que deben coordinarse, planificar, construir y, en definitiva, pensar. Pensar sobre ellos mismos, reflexionar sobre sus acciones, sobre su vida pasada y sobre lo que son (y lo que ya no son).

 Hay una parte del documental en la que uno de los chicos, durante su monólogo, se refiere a ellos mismos (los presos) como "personas incompatibles con la sociedad". Yo creo que se equivoca. Puede que algunos de sus actos cometidos sean más que reprobables pero no me parece que la palabra incompatible se deba aplicar en este caso. Creo en la rehabilitación y en la reinserción, a pesar de que en la actualidad los recursos destinados a ello sean insuficientes o la metodología sea inapropiada.

 Para finalizar, la otra parte a destacar de todo este proceso, es cómo ellos ven, a través de la creación de esta película, una posibilidad para expresar su rabia, su decepción, su tristeza, su resignación... pero, sobre todo, para reivindicar su existencia.




Zulema






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